martes, 24 de mayo de 2011

Capítulo cuatro: De deseos y Primavera (Parte II)

Perdón por la demora de nuevo. Espero que les guste el final del cuarto capítulo. Quizás me demore un poco en escribir el quinto, porque apenas si lo empecé y ando con mil cosas en la cabeza. Llénense de buenos momentos. Enjoy yourself!


En el capítulo anterior:
“(...) Creo haber escuchado un “chau” escapándose de su boca. ¿Quién hubiese dicho que volvería a verlo?..”


Llegué a la casa de mi hermana, y, como es natural en mí, le lancé mi buche exagerado, como si hubiese conocido al amor de mi vida en la parada de un colectivo. Ella me preguntó si sabía su nombre, le dije que no, y ella se rió. Yo no; lo quería volver a encontrar, quería magia, quería otro panadero cumplidor que me diera pié a pedirle otro encuentro.
Esa noche había reunión de pizza, fernet y amigos en el departamento de mi hermana. Si alguien me preguntara, debería decirle que esas reuniones me dieron algunas de las mejores noches de mi vida.
Después de estar en esa mesa (¿Qué diría si hablara..?), jugando a algo en el que si perdés te tenés que tomar un vaso de bebida alcohólica, y si ganás... también; y después de entonarme entre risas, y de jactarnos con mi hermana de “no estar ebrias”, llegó el momento entretenido de la noche: El momento en que salimos de gira por todo el edificio a invitar a los vecinos a nuestra fiesta.
No alcanzamos a bajar al piso seis, que en el Siete “A”, ambas encabezando la caravana, caimos prácticamente afectadas por ver tanta belleza en la Tierra. Ahí estaba ese chico que tanto le gustaba a mi hermana, y estaba ahí, a su lado, ÉL, MI CHICO DEL COLECTIVO, ¡Él!
 ¡Aguuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu! -le grité a mi hermana que estaba a mi lado- ¡Es éeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeel!
 ¡Me estás jodiendo! -me dijo ella,
 No, boluda, ¡Es él! -Ambos nos miraban anonadados frente a aquella escena incómoda como pocas- Miralo, no puede ser, boluda.
Mi hermana se reía, miró a MI chico y le dijo:
– Flacooooouuu, ella dice que se enamoró de voooooooooouuuus –el chico se reía, yo miraba a mi hermana, prácticamente odiando esa confesión espantosa- te conoció en el colectivo, dale bola, mirá, mirá como te mira -AAAAAAAAAAAAY, qué horror, no, no, por favor, hermana de mi corazón, callate-.
– Jajajajaja -él se reía, no sabíamos si de mí, de la borrachera, de la situación patética, o de qué, pero se reía- jajajajaja -por Dios, su sonrisa es hermosa- Jajaja, chicas, somos gays.
– Jajajajajajajajajajaja -Mi hermana y yo nos reíamos esperando que ellos también se rieran, y que todo fuera una broma de mal gusto. Ellos nos miraron sin entender mucho, yo miré a “mi” chico, después a mi hermana, después a las zapatillas del chico de mi hermana, después la muñequera con los colores del arcoiris que tenía mi chico en su brazo izquierdo. Mi hermana me miró también. Todo el frenetismo se había esfumado. Los demás amigos de mi hermana, hace rato se habían ido al departamento a seguir tomando cerveza helada.
Charlamos un poco con los vecinos, resultaron ser amorosísimos. Decidimos dejarlos solos, y sentarnos ambas en un escalón. Con la cabeza de mi hermana apoyada en mi hombro, y mi brazo rodeándola, le dije:
– Es que es así, mi negra, o son amargos, con mal gusto y heterosexuales; o son divertidos, simpáticos, copados, elegantes, sexys y gays. Quizás lleguemos a un acuerdo y nos casemos con un bisexual, O-JA-LÁ.
– Dios mío – me contestó- Capaz algún día vayamos a entender lo inservible que es enamorarse, y dejemos de intentarlo.
– Ojalá algún día lo intentemos de verdad.

***

Sin reproches en absoluto, no confundamos. Actualmente ambos son muy buenos amigos nuestros. Obviamente, como candidatos, están en un Placard del que no los puedo sacar, y al que yo no los obligué a entrar.

Mis buenos deseos a ambos, ¡Gracias por dejarme publicar nuestra historia!
Gracias también a la belleza que lleva mi sangre,
Te amo hermana, brindo por más de nuestros momentos juntas.



[Próximo capítulo: Globalización amorosa]

lunes, 16 de mayo de 2011

Capítulo Cuatro: De deseos y Primavera (Parte I).

***

Si alguna vez deseé a alguien, entonces fue a él. Si alguna vez me temblaron las manos, entonces fue por él. Nunca voy a olvidar el tramado en sus ojos marrones, casi como la corteza de un árbol. Tampoco voy a olvidar que las Primaveras traen amores, desamores, encuentros y desencuentros.

Aquella Primavera tuvo el honor de regalarme entre sus fragancias, un terrón de azúcar rancio, una flor a medio pudrir y a él, que se ocultaba del Sol, casi como si éste le diera alergia. La hipocondría se había apoderado de todas y cada una de sus células: Alergia al polen, alergia a los lácteos, alergia al chocolate, alergia a la alergia en sí.

Sin embargo su extraña soledad, sus manos grandes y ásperas, su aliento a gomitas frutales, su sonrisa desorientada, su extraña manera de tomar el colectivo, su fanatismo por el teatro y su seriedad incluso al reirse, me atraparon por completo. Cualquier persona que me conociera, sabría en qué terminó esta historia.

Si es que de esta vida aprendí algo, él, sin saberlo, fue mi gran Maestro. Aprendí a perseverar, aprendí a querer, y a callar.

***

En la segunda semana de la Primavera, decidí juntarme con mi hermana, que hacía tiempo no la veía. La parada del colectivo que me llevaría me quedaba a varias cuadras. Alcé mi cartera, algo de plata, dos cospeles y me fui.

En la parada fue cuando lo ví, era atrapante. Me dejaba suspendida en el tiempo y el espacio, en una nada miserable y confusa, desoladamente alegre. Me esquivó con la mirada para evitar la incomodidad que se siente al cruzar la vista entre desconocidos, y al darme cuenta de esto, me incorporé velozmente. Vi pasar un panadero e hice un movimiento algo precipitado para obtenerlo. Pido los tres deseos: Que me hable, que me hable, que me hable.

- Che, ¿Tenés hora? -me dijo-.

- Sí, sí, bancame dos segundos -(¿Dónde carajo está el celular?)- Ay, me olvidé el celular, disculpame...

- No hay problema, lo que pasa es que mi celular se reseteó y tiene cualquier hora, ja, ja.

- Uy, qué bajón, habría que usar más relojes...-¿Qué le dije? ¿Qué tenía que ver? No sé, pero que sonrió, sonrió- No te los roban y no se resetean-.

- Tenés razón, pero no me quedan bien, porque tengo las muñecas muy grandes.

- Entonces rogá que no se te resetee más el celular nomás, ja, ja, ja.

Tomamos el mismo colectivo, pero él se fué hacia el fondo, y y, por respeto a mi dignidad, me quedé en el medio, parada, porque venía llenísimo, y lo perdí de vista. Media hora después cuando aprieto el timbre para bajarme, lo volví a ver, le sonreí, y creo haber escuchado un “chau” escapándose de su boca.

¿Quién hubiese dicho que volvería a verlo? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿POR QUÉ?

¡No te pierdas la segunda parte!

jueves, 12 de mayo de 2011

Capítulo tres: Química biológica.

Dejo este capítulo, es casi como un extra.
Espero que les guste como los anteriores.
Otra vez, muchísimas gracias por el apoyo.
Realmente así vale la pena seguir.


***

Siempre creí que como seres humanos que somos, compuestos de células de todo tipo, sentimos química hacia otros seres humanos. También doy fé de que esa química se encuentra en las ya mencionadas células. Es una yapa que arrastramos desde que nacemos, (y de la que no nos podemos desprender) hasta que terminamos en un cajón, o por qué no, en un placard.

***

Distintos tipos de desencuentros celulares que descubrí a lo largo de casi diceiocho años de vida:



Desencuentro del tipo “ND-ND” (No da - No da)

Ejemplo: Fragmento de una conversación de Messenger con “Piru”*:

Membrilla dice: Hoooola Piru, ¿Cómo andás?

Piru dice: Hola, yo bien, ¿Y vos?

Membrilla dice: Bien, bien, acá ando, haciendo unas cosas de Teatro.

Piru dice: Sí, sí, me enteré de que andabas en algo.

Membrilla: Si lo decís así parece que vendiera droga.

Piru dice: Ja.

Membrilla ha bloqueado a Piru. Y bloquear es enviar digitalmente a alguien al placard.



Desencuentro del tipo “MT-IP” (Molesta Tacaña-Intolerante Pobre)

Ejemplo: Recreo con Luci*.

Luci dice: Eh, Membri, ¿Me comprás?

Membrilla dice: Dale.

Luci dice: Una Coca-Cola, unos chizitos, tres alfajores y dos juguitos congelados.

Membrilla dice: ¿Está justo?

Luci dice: No, faltan veinticinco centavos, creo.

Membrilla dice: ¿Y de dónde los vas a sacar? ¿Los cagás?

Luci dice: No, prestamelos “porfa”.

Membrilla dice: Boluda no tengo plata, no me jodás, andá a pedirle a alguien.

Luci dice: Ah dale, si tenés, no seas rata.

Membrilla: Desde cuándo soy rata yo, la puta madre, tengo de pedo para un criollo, asique andá a hacer algo por la humanidad y pedile veinticinco centavos al Papa.

Luci dice: Bueno, entonces no me comprés los juguitos.

Membrilla dice (mientras sale de la fila): Ahora no me rompás más las pelotas, hacé la cola vos, yo ya no quiero comprarme nada

Luci dice: ¿Te enojaste?

Membrilla dice: No, me secaste.

Luci dice: O sea que te enojaste.

Membrilla dice: ¡Callate, por favor!

AAAAAAAAAAAY, perdí la cordura ese día, la pierdo a diario, con su vocecita bajita y su tonito de desentendida. ¡Al placard, lechuga sin sal!



Desencuentro del tipo “TQ-TI” (Te Quiere – Te ignora).

Ejemplo: Cartas anónimas (y las cito textualmente) de cumpleaños que recibí en el 2010.

A) Desconocida y con muchos errores de ortografía:

Membri!!!!!!!!!!

Ei amiigaaaaaa, feliiiz cumpleeeeee, te quiero mucho che, grasias por aver estado el otro dia. Sos rre buena mina che. Cuidate y pasala re re re bien. Si haces fiesta inbita no seas ortiba.

Imaginándome a ésta persona:

Estatura media, la rompepelotas del curso, la densa, la que te provoca tener malas actitudes hacia ella, vestida exactamente igual a la más top de las chicas que conoce, sólo que ésta lleva el look sin actitud alguna.

B) Fuera de moda y completamente horrendo:

QuE lOs CuMpLaS fElIz,

QuE lOs CuMpLa$ fElIz,

QuE lOs CuMpLaS mEmBriLlAhH,*~~

QuE lO$ CuMpLaS fElIz...

lOkaH, tEe KiErO uNa BoChAs$ahH & KnTaS kNmIgOh PaRa TdO!*. LaaH TuuRriItAhHh... VsS SavEes.

Imaginándome a ésta persona:

Con un lomazo, pero cara de desgraciada, el pelo a la miseria, un short que deja ver más de lo que debería, y una remera rosa chicle que no deja mucho lugar a la imaginación, ya que muestra absolutamente todo.

C) Amigacha “X”:

Te re amo amiga, sos lo mejor que me pasó en la vida amiga, espero que estemos siempre juntas porque nadie nunca va a poder hacerme reir tanto como vos. Feliz cumpleaños amiga. Te amo amiga, amigas por siempre, pasalo lindo amiga.

Imaginándome a ésta persona:

Bajita y tímida, con una remera con una estampa que revela algo como “I'm a Queen”, jeans holgados y guillerminas negras impecables.

***

Dios mío. En los tres casos, las personas involucradas tienen reservado su lugar en el Placard. Y en el último desencuentro, por si se preguntan quiénes son: Nunca lo supe, pero los tres desconocidos tienen como patria mi Placard, vacío, inmaculado, pero sin embargo ellos se han apropiados por completo de él, por una cuestión que es ajena a mí: Algo de química biológica, ¿Por qué no?

*Los apodos son completamente ficticios. Cualquier similitud o coincidencia con la realidad son pura casualidad. (Creo).

martes, 10 de mayo de 2011

Capítulo dos: Cuestiones de Videojuegos, (Parte II y III)

A todos mis lectores, a mis fabulosas lectoras, MIL DISCULPAS POR LA DEMORA. Acá lo subo, saludos. Y mil gracias por todo.


***

En el capítulo anterior:
(...)“Volví a mi casa, entusiasmada por haberlo conocido: Simpático, de gestos graciosos, su aire porteño y ese toque nerdie que siempre me agradó.”

Acababa de terminar con una relación, ¿Era necesario sentir de nuevo esa oruga estomacal que te hace volver a buscar un amor? No, realmente no. Pero en el fondo, sabía que quería. Sabía que aunque no quisiera, estaba más que escrito: lo iba a volver a ver, iba a preguntarle si tenía novia, si estudiaba algo o le interesaba algo, de qué signo era, qué le gusta hacer en su tiempo libre, qué música escucha (aunque ya me lo figuraba al estilo Green Day, o quizás algo más como Pink Floyd, o incluso The Beatles)... Y la prueba de fuego: Sacaría el tema de la homosexualidad, y eso haría que me gustara con locura o que me desagradara por completo.


***

Esa misma noche me mandó un mensaje:
“Técnico: 153 225781. Mañana te veo de nuevo, verdad?”
Sí, por amor al Cielo, sí, sí, sí, obvio que voy, voy y me quedo todo el día con vos, SÍ.
Le contesté:
“Genial, ya lo agendé. Si tengo un ratito me llego al Ciber.”
Tenía todos los ratitos del mundo, todos para él.

Fui, tal como había planeado, con mi ropa de “Es un buen día, día de éxito”: Jeans negros, ni muy ajustados ni muy sueltos. Remera verde militar con moño negro, que se parece bastante a mi actitud positiva frente a la vida (al menos cuando la tengo), zapatillas verdes con abrojo, cartera de charol negra y saco vintage de lana gris, el mismo que uso cada vez que necesito compañía de cualquier tipo.
Ésta vez, él salió del mostrador para darme un beso. Apenas se acercó noté su perfume, exquisito, maravilloso, digno de ser olido. Tenía el pelo despeinado, hermosamente despeinado. Una camisa roja a cuadros, unos jeans geniales y zapatillas Converse. Dios mío, casi tuve que contener mi saliva para que no cayera por la comisura de mis labios. Era muy lindo y, ahora que lo veía a la luz del Sol de la tarde, podía pensar que era tan bello que se me haría imposible acercarme a esa boca sin apelar al secuestro.
El Ciber estaba vacío, me dijo que a esa hora, los Lunes nunca iba nadie, y me convidó su Coca-Cola dirigiéndome hacia la puerta, íbamos a sentarnos en la verja de la vereda del Ciber, a conversar un poco. Y acá vino el cuestionario.
Resultó que empezamos con el pié izquierdo: Tenía novia y, como siempre, dijo que “Está todo mal y ya no la quiero”... Sea como sea, él ya tenía compañía al lado, y no creo que cambiara a su novia actual, aunque habláramos de una perra arpía, por lo yo que soy, lo que era, o lo que quedaba de mí en ese entonces. Ya había perdido el interés en él, pero por cuestiones de etiqueta, seguí escuchándolo.
Estudiaba diseño gráfico, tenía 19 años, era de Virgo. Amaba cocinar, ver películas (sobre todo Star Wars). Amaba The Beatles, pero también a Michael Jackson y a tantos otros a los que mi conocimiento se mantiene ajeno... ¿Había un ser más fantásticamente hecho para mí en este mundo? Todavía me lo pregunto, y espero que ese ser ALGÚN DÍA SE DIGNE A LLEGAR A MÍ.
La conversación terminó en cuanto decidí que ya no había más nada que hacer, y el encanto se le fué por completo cuando citó dos veces a Shakespeare: Un fragmento de Hamlet, y uno de Romeo y Julieta. Espantoso, really frightening. Me despedí con un beso y con la excusa que se me hacía tarde para... ¿Ir a buscar a mi primita al jardín? Por Dios, ¡Qué mentira horrenda! Nunca supe a dónde era el jardincito de porquería de mi prima, ni me interesa en absoluto.


***

(Parte III, y última)

(...) “El encanto se le fue por completo cuando citó dos veces a Shakespeare: Un fragmento de Hamlet, y uno de Romeo y Julieta. Espantoso, really frightening.”

Vía Messenger, él me invitó al cine, me dijo que era interesante, que tenía una sonrisa hermosa, que quería verme algún día afuera del trabajo... Y ya me figuraba la idea de él sentado a mi derecha, y su novia, la perra arpía a mi izquierda, sacando del tacho del pururú los granos duros y arrojándoselos a su novio. No, no puedo. Me supera.

Llamé a mi mejor amiga:
– Che Aye, soy yo... -Ni siquiera había formulado qué decirle, solamente tenía ganas de escuchar una opinión-.
– ¡Mejorci! -con su cálido saludo se me calmaron las ansias-.
– Hola, mi amor, ¿Cómo andás?.
– Bien, bien, mi vida -Por Dios, nunca nadie fué tan cariñoso conmigo como ella-. ¿Qué pasa?
– ¿Viste ese chico del Ciber del que te hablé? -creo que mi voz temblaba un poco-.
– Sí, sí, el Maestro Yoda...
– Ja, ja, che, ¡No le digas así!
– ¿Te hizo algo?
– No, no, me invitó al cine.
– Ah, pero entonces es un estúpido.
– ¿Eh? -realmente me sorprendió su respuesta, ¿Qué culpa tenía el Maestro Yoda de tener novia?- Pobrecito, todo bien con él.
– Sí, pero digo, él tiene novia... -ella hizo una pausa y prosiguió- y bien que anda de trampas...
– ¡Cuack! ¿Qué trampas? ¡Nada que ver!
– En fin, yo en tu lugar no le contestaría más, es un salame.
– Ja, ja, ja, pero está re fuerte, boluda -típica, tipiquísima respuesta mía. Me quedé pensando mientras me daba mil razones por las que no tenía por qué seguir con ésto- ¿Sabés que? Tenés razón.
Aye siempre tiene razón, es una chica sabia, racional, simpática y con el corazón más puro del mundo: Un combo que me cae como anillo al dedo.

***

Buzón de mensajes de mi celular:
1) Maestro Yoda: Membrilla, no te vi más, ¿Todo bien?
2) Papá: ¿A qué hora te volvés?
3) Maestro Yoda: ¿Hice algo que te jodiera, o no tenés crédito?
4) Maestro Yoda (Cinco minutos después): Veo que hice algo, me eliminaste del mail.
5) Maestro Yoda: Pensé que habíamos pegado onda...
(¡Sí, la misma onda que te pegaría en la frente a vos y a tu Perra Arpía!)
6) Maestro Yoda: Ni me voy a hacer mala sangre por vos.
7) Enque: Membri, ¿Nos vemos en Buen Pastor?
8) Maestro Yoda: Bueno, te hacés la exquisita, sos una tarada, nena, no sé qué pretendés, estás loca, tenés un problema serio de decisión, andate a la mierda vos y el plan del cine.

Ah bueeeeeeeeeeeeno. Ah bueno. Chau Maestro Yoda, señorito Buena Sangre, te veo en el Placard, hacete amigo, sociabilizá ahí adentro, que está saturado de inútiles como vos. Espero verte antes de que te coman las polillas.
Con el record por la entrada más violenta (vía patadón), pasó a ser un muerto en el placard... Un chico con novia, con ganas de jugar un poco y bochado por primera vez en su vida. Es difícil, y cuesta darse cuenta. Algunas personas funcionan mejor estando solas. Otras personas prefieren funcionar en conjunto, de a dos. Y hay otro grupo de personas, espero que sean minoría, y son aquellas que... Simplemente no funcionan.